Poder personal: dos palabras muy aburridas para mí, hasta que las encarné.

Debo confesarte que en el pasado sentía mucha reticencia a los temas que tocaban la superación personal, el poder interno, el empoderamiento etc, pero a la vez, creía que tenían muchísima razón en algunas ideas que ahí se enseñaban.

Seguí buscando y llegué a otras prácticas, en donde pude imaginar que poderosas luces habitaban en lugares precisos de mi cuerpo y que en su movimiento giratorio, lograban alinear mi centros de poder y expandir mi energía al infinito. Eso fue mágico!

Esto, ya no era sólo una buena idea que leía, era una práctica disciplinada y constante.

Aunque todo lo explorado hasta el momento me resultaba útil, me di cuenta que todo esto ocurría en mi mente y como bailarina, siempre me sentí muy atraída por el movimiento (y realmente considero que cada quien debe seguir lo que le gusta). Continué buscando.

Llegué a la formación Feldenkrais, y ahí al experimentar la movilidad de la pelvis, pude sentir con mucha claridad un centro en mí, un eje estable que me enraizaba a la tierra y permitía que mi cabeza llegara al cielo. Eso me impactó.

Me asombró la calma que sentí, cuando al finalizar una clase, pude respirar con toda mi capacidad pulmonar. Los rostros de mis compañeros estaban en calma; supuse que el mío también.

También me sentí, por primera vez en mi vida, parada en mis huesos, una experiencia única y muy extraña que me reconectó con mi soporte interno. Eso fue muy loco y poderoso a la vez.

Todo lo que había estudiado y practicado comenzó a tener sentido en mi cuerpo. Tuve la experiencia física de estar centrada, en calma y parada en mi estructura. De mis nuevas sensaciones, surgieron ideas poderosas sobre mi misma, se amplió mi capacidad de sentir y se abrió mi abanico de emociones. A esto es a lo que llamo poder personal.

¿Cómo instalar en el cuerpo tu poder personal?

Si estás leyendo esto es porque lo tuyo también es el movimiento. Y para ti, creé tres clases para experimentar el encarnar tu poder personal. Debes saber que tu experiencia es tan única cómo la mía. Mi intención es que te acerques a la experiencia sensorial que construye tu poder personal.

Empezamos con la primera clase para reconectarte con tu centro de poder. La fabulosa pero no tan famosa pelvis.

En pocos días, la clase 2.

Disfruta la clase de hoy y por favor… cuéntame, cuéntame, cuéntame cómo te fue.

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¿Quién escribe este artículo?

Soy Franchezca Pinzón

… y aprendí a vivir en un cuerpo que se mueve sin esfuerzo ni dolor. Soy Maestra en danza. Me lesione severamente durante mi entrenamiento y tuve que dejar de bailar. En mi búsqueda por mejorar conocí el método Feldenkrais. Fue definitivo. Clase tras clase en dolor disminuyó, mejoré y adivina qué, volví a bailar.

Me certifiqué internacionalmente como maestra del Método Feldenkrais. Mi trabajo ahora consiste en que cada persona pueda, al igual que yo, experimentar el cambio  y la mejoría en su cuerpo desde la amabilidad, la facilidad y la eficacia del movimiento consciente.