¿Tienes los hombros arriba y tensos? 

Si te dijera que la tensión y dolor que mantienen tus hombros elevados, tienen que ver con un hábito que repites de manera inconsciente todos los días, ¿Estarías dispuest@ a cambiarlo?

Quizá la respuesta sea obvia, lo que no es tan obvio es: ¿qué es lo que debes cambiar para mejorar? Lejos de ser algo relacionado con las directrices de una postura correcta, está más bien relacionado con los hábitos de movimiento que practicas en interacción con la experiencia de tu día a día. Es decir, el cómo te mueves en la vida.

Por una parte tiene que ver con la cantidad tiempo que permaneces sentad@, de pie, o en movimiento, pero también con la calidad del movimiento en cualquier acción simple que realizas: como agacharte a amarrar un zapato, subir una escalera, levantar un brazo para alcanzar un libro de un estante alto, girar para voltear atrás, etc.

Cuando esta acciones simples comienzan a ser un reto, habla de que te has quedado atrapad@ en configuraciones habituales de movimientos que repetiste una y otra vez, hasta perfeccionar la misma manera de moverte, ignorando la posibilidad de lograr lo mismo por otras rutas diferentes y novedosas;  y ahora, tus preciados logros corporales limitan tu posibilidad de moverte. Tus hombros elevados y tensos no son más que una confirmación de que ahora esos hábitos, son obsoletos.

Tampoco se trata de satanizar los hábitos. Los creaste por que fueron necesarios en algún momento de tu vida y te han ayudado a crear una cotidianidad más rápida y eficaz (o imagina cómo sería tu vida si intentas todos los días buscar maneras creativas de amarrar un zapato).

Por este mismo servicio fácil y eficaz que prestan los hábitos, no es tan fácil dejarlos. Por mas que te esfuerces en permanecer en la postura correcta, volverás a tus hábitos pues son fáciles, no tienes que pensar en ellos, representan lo conocido, la zona inconsciente de confort que hace tu vida más sencilla… hasta que el dolor aparece.

El cuerpo tiene maneras infinitas de configurarse y moverse en múltiples direcciones (si no me crees, observa a tres personas agacharse y amarrar sus zapatos. Verás una infinidad de diferencias en cada uno). Acceder a este potencial de variaciones, es estar dispuest@ y abiert@ a un tipo de observación consciente superior de ti mism@, que te permita esclarecer el atasco corporal y abra el camino a un nuevo repertorio de movimientos. Es una clara invitación a moverte en consciencia hacia el cambio.

Abrirte a una nueva experiencia para mejorar, es sin duda el camino de quienes quieren ir más allá, descubrirse a sí mism@s y claro, mejorar la postura de sus hombros. Para ti, preparé una mini clase basada en el método Feldenkrais, donde podrás moverte lejos de tus hábitos y facilitar el descenso y la relajación espontánea de tus hombros.

Prueba la clase, cuéntame si notas algún cambio en la distancia entre tus hombros y orejas al final. Si te gustó, comparte, te estaré muy agradecida!

Abrazos

Fran

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Quién escribe este artículo?

… y aprendí a vivir en un cuerpo que se mueve sin esfuerzo ni dolor. Soy Maestra en danza. Me lesione severamente durante mi entrenamiento y tuve que dejar de bailar. En mi búsqueda por mejorar conocí el método Feldenkrais. Fue definitivo. Clase tras clase en dolor disminuyó, mejoré y adivina qué, volví a bailar.

Me certifiqué internacionalmente como maestra del Método Feldenkrais. Mi trabajo ahora consiste en que cada persona pueda, al igual que yo, experimentar el cambio  y la mejoría en su cuerpo desde la amabilidad, la facilidad y la eficacia del movimiento consciente.